Actúa, el nuevo partido liderado Gaspar Llamazares y Baltasar Garzón, que concurrirá a las elecciones municipales y europeas, apuesta por convertirse en una izquierda nacional, patriótica, y para ello, se muestra favorable a pactar con las derechas –VOX incluido- contra el separatismo.
También, para sorpresa de muchos, Actúa critica que los separatistas traten de desmantelar la Monarquía, puesto que con ello albergan la intención de desmembrar y desestabilizar el estado español. En otras palabras, no se autoproclaman monárquicos, pero consideran que el republicanismo de los independentistas se sirve de la destrucción de la Corona como medio o instrumento para un fin pernicioso: la fragmentación de España.
Ahora bien, habiendo alcanzado un consenso de unidad en lo que a cuestiones nacionales se refiere, quiere conservar sus acentuadas diferencias con el derechismo en otros aspectos. Es partidario de pactar con el triunvirato de derechas para mantener la nación, pero tampoco pretende casarse con Lépido, Octavio y Marco Antonio, ni fusionarse con César, Craso y Pompeyo.
¿Sabías que el nacionalismo contemporáneo fue, en buena medida, fundado por la izquierda?
Aunque suene extraña la creación de una izquierda nacional, cabe considerar que, si nos remontamos a los orígenes del nacionalismo contemporáneo, es decir, a finales del siglo XVIII y principios del XIX, los izquierdistas eran los que abanderaban esta suerte de patriotismo romántico y revolucionario, que es la verdadera definición de “nación”. A estos, se les conocía como jacobinos y por consiguiente, no es descabellado – de facto, es sumamente atinado- calificar a Actúa de izquierda jacobina.
Vídeo del intelectual Pedro Insúa: “La izquierda es la que inventa el concepto de nación, no la derecha”
El historiador Stanley G. Payne explica que, en el siglo XIX, la izquierda era la defensora del folclore y las costumbres populares
El célebre y egregio historiador Stanley G. Payne, en su archiconocido libro En defensa de España, recuerda que, en el siglo XIX, la izquierda era la defensora del folclore, las costumbres populares y las festividades regionales, a sensu contrario de la derecha, que abogaba por posiciones de signo más cosmopolita. Aunque suene chocante, no deja de ser rematadamente cierto.
¿Y por qué, en el presente, es un tanto al revés? Stanley G. Payne da una explicación meridianamente clara a este interrogante. El conspicuo historiador incide en que puede deberse, en parte, a que la maquinaria propagandística del franquismo exaltó el folclore popular en tal medida que la derecha lo ha asumido como propio.
Y por esto, quizá a la izquierda le genere un poco de rechazo, aunque no lo diga el historiador Stanley G. Payne.