Autor: José María Lorenzo
Desde que la Organización Mundial de la Salud declarase el pasado 11 de marzo como pandemia la COVID-19, el mundo entero ha estado contenido frente a la incertidumbre provocada por esta crisis global, que marcará un antes y un después en nuestra forma de entender el mundo.
Incluso desde antes de esa fecha, los líderes de todo el mundo fueron testigos del avance de este enemigo, invisible y peligroso, que se acercaba a nosotros lentamente, como iceberg en medio del océano, sin que fuéramos capaces de adivinar las consecuencias que se escondían tras la primera capa de hielo.
Del mismo modo que el capitán del barco es quien toma la decisión de reducir los nudos a los que navega cuando es alertado de cualquier peligro, es precisamente en las épocas de incertidumbre cuando el liderazgo se pone a prueba.
El 11 de marzo de 2020, un día que jamás olvidaremos
El 11 de marzo de 2020 quedará grabado en nuestras memorias como el día en que no hubo marcha atrás, el día en el que nos dirigíamos, sin posibilidad de cambiar el rumbo, hacia un iceberg que pondría en jaque la estabilidad del funcionamiento de nuestros sistemas de organización social, y la capacidad de los líderes para sortear esta crisis y, en definitiva, salvar el mayor número de vidas posibles tras la colisión, como el capitán el barco.
Y debemos empezar por reconocer la extraordinaria gestión que han realizado las mujeres líderes de nuestro tiempo, así como poner de manifiesto que han sido ellas quienes han tomado las mejores decisiones, las que han obtenido los mejores resultados en la gestión de esta crisis, o al menos, los más beneficiosos para sus ciudadanos, en comparación con el resto de líderes de todo el mundo.
Ellas han sido capaces de agrupar las mejores cualidades de los líderes, sirviéndose de la empatía y de la inteligencia emocional, escuchando, dejándose asesorar por los expertos y sin dejarse llevar por el exceso de confianza -y testosterona- que a veces nubla la vista de los líderes masculinos. Sirvan como ejemplos Sánchez e Iglesias.
Pero dejémonos de comparaciones y vayamos al grano.
Angela Merkel, un liderazgo ejemplar en esta crisis sanitaria
En Alemania, la canciller Angela Merkel, ha vuelto a demostrar su liderazgo al frente de esta crisis sanitaria. Su gestión la podemos calificar de triunfo tras lograr un número tan bajo de muertes en comparación con otros países. Evidentemente, su toma de decisiones temprana, la realización de pruebas masivas – medio millón por semana – y la decisión de ampliar el número de camas por habitante para atender a un mayor volumen de pacientes; han sido una prueba de buena gestión desde el primer momento.
Jacinta Arden, Katrín Jakobsdóttir, Sanna Marin y Erna Solberg, cuatro mujeres que han sabido defender a sus países de esta pandemia
En Nueva Zelanda, la primera ministra de este país, Jacinta Arden, prohibió la entrada de extranjeros al país con tan sólo la contabilización de seis casos. Y cuando se registró la cuarta muerte por el Covid-19, ella y su gabinete se recortaron solidariamente un 20% de su sueldo durante los siguientes seis meses.
En Islandia, la primera ministra, Katrín Jakobsdóttir realizó pruebas gratuitas de coronavirus a todos sus ciudadanos para hacer un seguimiento exhaustivo y detallado de la expansión de esta pandemia.
En Finlandia, la primera ministra Sanna Marin, con tan sólo 34 años, adoptó una decisión que resultó ser de las más efectivas.
Se centró en explicar las medidas de higiene y aislamiento a toda la sociedad de una manera efectiva a través de los influencers, provocando de una manera eficaz una concienciación social para hacer frente a esta pandemia.
Otro claro ejemplo lo encontramos en Noruega. La gobernante Erna Solberg de una manera cercana, novedosa y brillante usó la televisión para hablar directamente con los niños de su país, respondiendo a sus preguntas con sencillez; una manera rompedora de hacer política.
Isabel Díaz Ayuso, Presidenta de la Comunidad de Madrid, pionera en tomar la inciativa de atajar esta crisis
En España, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, fue pionera en tomar la iniciativa de atajar esta crisis, antes de que lo hiciera el mismo presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Fue audaz, y tras numerosas gestiones, el día 4 de marzo formalizó la compra de material sanitario para los madrileños, siendo vetada, posteriormente por el Gobierno de España con el argumento de que este haría una compra centralizada, la cual no se produciría hasta veintitrés días después.
La presidenta ha liderado a nivel nacional la gestión de esta grave crisis adoptando decisiones que han marcado la pauta de actuación del resto de Comunidades Autónomas y del propio Gobierno de España.
El pasado día 9 de marzo anunció el cierre de los colegios, tomo la decisión absolutamente sin precedentes de suspender temporalmente las clases presenciales en todos los centros educativos de la Comunidad de Madrid, en contra del criterio del Ministerio de Sanidad que hasta el día de antes consideraba que esa medida generaba una alerta innecesaria a la población. Semanas después, hay estudios que han indicado que, si esa decisión se hubiese tomada una semana antes, se habrían salvado el 60% de las vidas que se ha cobrado esta pandemia en España.
Desgraciadamente, el Gobierno de España que ha errado clamorosamente en la prevención, nunca sabremos si para salvar la manifestación del 8-M, y posteriormente en la gestión de la misma donde el mando único ha fracasado de manera estrepitosa.
Larga lista de errores de Pedro Sánchez al frente del Covid-19
En tiempo récord dobló el número de camas de hospitalización, triplicó el número de camas de UCI, se realizó el seguimiento telefónico de más de 233.000 mil pacientes en sus domicilios, convirtió trece hoteles en centros sanitarios y puso en marcha el macro hospital de IFEMA. Un verdadero hito de la historia de la Sanidad, siendo un referente a nivel nacional e internacional. Asimismo, fue el jefe de expertos de la OMS quien lo calificó de “extraordinario”. Sin duda, gracias a todo el personal sanitario y a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.
Ellas merecen nuestro agradecimiento por su valentía y su coraje. También a los miles de voluntarios, personas anónimas, personal sanitario, a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, a los transportistas, a los comerciantes, a los agricultores y todo tipo de trabajadores que están día a día al frente, a pie del cañón. Y, por qué no, a todos los que cumplimos de una manera civilizada las indicaciones por parte de las autoridades públicas.
El final de esta pandemia, sin lugar a dudas, provocará cambios estructurales a todos los niveles, tanto económicos y políticos, pero también a nivel social y personal, que habrá que liderar para enfocarlos de forma positiva, de tal manera que contribuyan a mejorar nuestro entorno.
Debemos estar atentos y desafiantes para aprovechar las oportunidades que están por delante. Y la historia ha demostrado que las mujeres tienen asegurado un papel de liderazgo en los tiempos venideros.