Columnista: Pelu Crespins, divulgador de historia y crítico musical

Por aclamación popular y visto que aún sigue habiendo unos cuantos gobernantes locos en el tintero, procedamos a narrar unos cuantos más, no sin antes pronunciar unos versos sobre la cuestión:

‘La locura no es tímida’ (Pelu Crespins)

Toda locura mental tiene su exceso

Y el mundo de las neuronas es un universo

No es cuestión frivolizar mediante el verso

Pues una enfermedad mental es un cruel peso,

Mas la timidez es cordura

Y es un trasto tan inútil

Que desparece en estado de locura

Deshaciéndonos de un sentimiento tan fútil.

1.- Iván el Terrible (1547-1584):

Aquí haya que comenzar a incluir untercer elemento a la cuestión, locura aderezada con sadismo; algo más que común en unos cuantos gobernantes; aunque no he querido incluir a genocidas en esta lista. El primer zar y admirado por Stalin, parece ser que algo tenía en común con su sangriento camarada, la paranoia como regla. Iván el Terrible veía enemigos por todas partes y no le temblaba el pulso a la hora de purgar a quién estimase oportuno. Esto le granjeó críticas por parte de la Iglesia ortodoxa, con lo cual, Iván ordenó la quema de unos cuantos sacerdotes en el siglo XVI; pero a la mañana siguiente iba implorando perdón a las autoridades eclesiásticas por su ira descontrolada. A la mañana siguiente, se arrepentía de haberse arrodillado ante otro hombre y vuelta a empezar… En una discusión familiar, mató a su hijo a bastonazos. Y por último, ¿conocen la Catedral de San Basilio en Moscú? La obra cumbre de la arquitectura eslava. El zar quedó tan satisfecho con la obra que mandó sacar los ojos al arquitecto que la diseñó y construyó.

2.- Carlos II el Hechizado (1655-1700):

También, denominado el rey mongo o el impotente. Bueno, aquí no tenemos a un rey sádico, quizá tampoco tengamos a un rey loco propiamente dicho; sino que tenemos a un rey discapacitado física y mentalmente. Fruto quizá de la consanguineidad, su padre Felipe IV le procreó con su sobrina, Mariana de Austria, este pobre rey tuvo una salud tan débil desde el primer momento que prácticamente fue un milagro que viviese 38 años. Padecía de hidrocefalia, y cuando murió parece ser que solo tenía un testículo ennegrecido, los pulmones y el corazón del tamaño de una pepita y ni una gota de sangre en su cuerpo. Debido a su impotencia, ¡maldita sea! No heredó nada de su padre en ese aspecto… Tuvimos la tan silenciada como terrible Guerra de Sucesión desde 1700 a 1713 en nuestro territorio. En cuanto a su personalidad: errática, impredecible, infantil, todo se podía esperar de él. En todo caso, no mostró maldad y siempre delegó funciones de gobierno en gente competente; de hecho, la etapa de Carlos II fue una etapa de recuperación ante la ruina causada por el Rey Planeta metiéndonos en mil y un fregados.

3.- Muamar el Gadafi (1969-2011):

Volvamos al siglo XX, que unos cuantos locos al poder hubo al poder hace apenas dos días. El dictador de Libia durante más de 40 años estaba como un auténtico cencerro y cualquier cosa que se le pasaba por su mente la materializaba; pues era el sultán de su país. Como buen árabe y admirador del imperio otomano, no se privó de tener su harén particular en donde tenía prostituidas a centenares de mujeres, pero no solo para su deleite personal, sino también para deleite de sus propios hijos. Parece ser que tampoco se cortaba con las drogas, hachís y cocaína nunca faltaba. Su escolta personal estaba formada por 30 mujeres vírgenes especialmente adiestradas para el combate. Cada vez que se desplazaba al extranjero, levantaba un campamento beduino de lujo donde le dejasen entrar. Hay que señalar que el régimen de Gadafi dio apoyo y entrenamiento a cualquier organización terrorista del mundo (el IRA tenían campos de entrenamiento en el árido país) y fue un paria internacional durante prácticamente toda su dictadura. También escribió el incoherente Libro Verde, en donde exponía sus rayadas mentales tales como que el hombre pasa mejor el período que la mujer ¿? De estudio y lectura obligatoria.

4.- Saparmyrat Nyyazow el Turkmenbasy (1985-2006):

Supongo que pocos habrán oído hablar de este hombre y del país que gobernaba, Turkmenistán, al margen derecho del mar Caspio, buen caviar. Este cacique soviético del lugar siguió en la esfera del poder tras la caída de la URSS hasta el 2006 imponiendo una dictadura de culto a su personalidad. Un buen fichaje para esta lista de gobernantes chalados, al lío. Su careto aparecía en todas partes, en todos los billetes, en las botellas alcohólicas, en cada lugar público debía haber una imagen suya. Copó el país de estatuas doradas con su figura. De hecho, a pesar de que Turkmenistán es un país pobre, ahí está la estatua más cara del mundo, una estatua de oro que va girándose en dirección al sol, para que el individuo siempre permanezca cara al sol. En 2001, para gran desgracia de sus compatriotas publica el libro Ruhnama, el libro del alma. ¡Qué manía tienen los lunáticos con escribir un libro! ¿Por qué será? Y lo de siempre, todo aquel que quisiera graduarse, licenciarse, o lo que fuese, pues nada, a leerse y memorizarse el libro del sujeto en cuestión. También parece ser que tiene el récord de tener una edición del libro más grande del libro. De hecho, cada día a las 8 de la tarde se abría y se iban leyendo sus versos en alto. Hasta 2011 ya se derogó la obligatoriedad de su lectura, 5 años después de su muerte. Por último, y fruto por amor a su madre; decidió que el mes de abril, el mes de temperatura más benévola se renombrase con el nombre de su madre, así como el pan… Pues nada, la locura y la excentricidad al poder que son dos días.

Un loco añadido por el director de El Diario de Colón

Al margen de lo escrito por el autor de este fantástico artículo, el director de El Diario de Colón ha tenido la brillante ocurrencia de incluir a Pedro Sánchez en esta lista de gobernantes locos.

Prometió que nunca pactaría con Podemos y más tarde, selló la alianza mediante un abrazo con su excaudillo comunista, para mayor recochineo. Se vendió como el ariete de resistencia contra los lujos de estado, para después realizar sus desplazamientos en un avión Falcon, y hacerse fotos dentro del mismo con gafas de sol y poses de Kennedy. Ofreció una imagen de candidato contrario a los favoritismos y prebendas, para después regalar a su mujer, Begoña Gómez, una cátedra en la universidad, y colocarla como profesora en varias escuelas de máster de renombre, todo ello con un título no homologado en «marketing». Dejó constancia pública de que jamás indultaría a agitadores separatistas, para después exonerarles de sus culpas sin ningún rubor… Sobran los motivos para incorporar a Pedro Sánchez en esta lista.

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