El Caudillo se le aparece en sueños a Pedro Sánchez y le lanza el guante, lo que, en épocas pretéritas, significaba retar a duelo. Acto seguido, le envía el siguiente comunicado en un sobre cerrado y con sello lacrado:
«Pedrito, sociata, ahora, te va a tocar saludar con el brazo en alto, por culpa de esto del coronavirus. ¿Creías que te ibas a librar del Generalísismo con tanta facilidad? ¿Acaso no sabes que, también, me llaman el Invicto? Me consta que conoces este sobrenombre, aunque no tienes ni idea de lo que significa, dada la estulticia e incultura que corroen tu intelecto. ‘Nunca vencido, siempre victorioso’, según la RAE, esa que tanto te gusta prostituir y mancillar, como buen profanador que eres. Hala, Humphrey Bogart de pacotilla, James Bond del todo a cien, intento malogrado de Albert Rivera, ya puede tu séquito de iletrados cacarear expresiones como les invictes, les generalísimes y les caudilles«.
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