Reconoce que si no llega a poner “humor” en el titular, te hubieses creído esta noticia, aunque fuese a medias.
El relativismo ha llegado a tal grado de locura que, de tanto relativizarlo todo, al final, la realidad se confunde con la ficción hasta el punto de superarla.
Con esta moda de que uno no es lo que realmente es sino lo que siente, la ficción de cada cual reemplaza a la realidad.
La fantasía de cada uno se sobrepone a la realidad. Lo existente es reemplazado por el color y las formas de un mundo virtual.
En otras palabras, nos estamos volviendo gilipollas.
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