El autor que veis justo encima es uno de nuestros columnistas estrella y publica hoy, en El Diario de Colón, un artículo mitad cómico, mitad intelectual, sobre el inenarrable peligro que encierran los objetos esotéricos, para lo que recomienda seguir a Cristo y no postrarse ante falsos ídolos.
Comienza, en el siguiente renglón, esta hilarante misiva y desternillante diatriba contra los becerros de oro del mundo actual.
Durante siglos, en Europa occidental, el amarillo era utilizado para marcar las vidas desviadas.
Pero, yo que quieren que les diga, a mí me parece un color alegre… ‘No existe mayor miedo que vivir con temor’.
Animal que representa el poder, el éxito, el dinero… Místico por el hinduismo, pero representa valores contrarios al mensaje y doctrina de Jesucristo.
Según la superchería atrae la suerte y evita las malas vibraciones.
Sin embargo, no leyeron la letra pequeña, pues puede tratarse de una herradura de un caballo de los jinetes del Apocalipsis y por ende, traerá plagas, exterminio y destrucción.
Más recomendable es poseer un caballero templario a lomos de su corcel, pues ha velado armas en tradición cristiana.
Según la tradición china, atrae el éxito en los negocios al movimiento de su puño, pero no cabe duda de que un día entero mirando al dorado y hortera felino puede degenerar en paranoia mental.
Provienen del Antiguo Egipto, una de las culturas más esotéricas que haya parido madre.
Así que consulten con un egiptólogo sobre el contenido del papiro; pues de lo contrario pueda tratarse de algún sortilegio del libro de los muertos y amanezcan con cabeza de halcón azul, ¡vaya historia!
Lo normal es que no pase nada… Pero,¿quién dijo que no se trate de la llave de algún brujo del siglo XVII para abrir puertas dimensionales?
Aseguren que vienen con bendita denominación de origen, pues no existe bruja que no las utilice.
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