Pedro Sánchez, vistos sus estrepitosos fracasos en los debates del establishment, y dados los infaustos pronósticos que le dan en los sondeos poco afines a Tezanos, decide abandonar la política y exprimir aquello que se le dan bien: posar y lucir tipo torero.
El patriarca del Psoe se hace modelo de relojes e “influencer”. Con este lavado de imagen y cambio de chaqueta, los expertos en marketing confían en que podrá superar a VOX en número de “followers” en Instagram, aunque sin llegar a pisar los talones a María Pombo.
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