Macbeth es una de las tragedias más conocidas y admiradas de Shakespeare y de la historia de la literatura. La obra se representó por primera vez en Londres en 1606 y cuenta como temas cardinales la ambición desmesurada, el ansia de poder, la violencia y la deslealtad.
El protagonista, que da nombre a la obra es un guerrero escocés victorioso quien evoluciona desde un leal súbdito a su monarca, Duncan, a un regicida brutal y despiadado, víctima de un desenfrenado apetito de poder.
Tal y como ocurre en otras tragedias de Shakespeare nos encontramos ante tres niveles de conflicto. En primer lugar la trama dimensiona un conflicto sobrenatural encarnado en las tres brujas que abren la obra y que continúan apareciendo en diferentes momentos encarnando visiones proféticas y oráculares envueltas en una atmósfera mística.
En un segundo nivel hallamos el conflicto político que causa la tiranía que infringe Macbeth desde su usurpación del trono sometiendo a su pueblo a un sufrimiento desgarrado de su pueblo acompañado del terror en la corte.
La tercera capa, vertebral, se centra en el aspecto psicológico. El autor bucea en las profundidades del alma con monólogos y diálogos sublimes en torno a la tentación, la culpa, el remordimiento, el tormento o el destino.
La obra se representa estos días en Madrid en el teatro María Guerrero con una extraodinaria puesta en escena dirigida por Carlos Sandoz y un Carlos Hipólito inspiradísimo interpretando al protagonista.
Macbeth está considerada como una obra incomparable profusamente estudiada y reperesentada durante más de cuatrocientos años.
Shakespeare es un dramaturgo insuperable considerado como el hijo de Homero y padre de todos los dramaturgos y poetas.
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