Autor: Alfredo Brañas
Queridos jóvenes que habéis apoyado masivamente a Vox:
Enhorabuena. Enhorabuena se compartan o no las ideas que habéis defendido. La democracia española ha vivido años de parálisis y escasa participación donde el voto lo movía el miedo.
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Que miles de jóvenes os hayáis dejado mover por la ilusión y hayáis liderado el paso de la incomparecencia de la derecha a la presencia de la “España viva” ha sido un factor muy positivo para el conjunto del sistema. Siempre que los jóvenes lideran un proceso político toda la sociedad se contagia.
Por la generación a la que pertenecéis, estáis acostumbrados a la inmediatez y supeditáis vuestro esfuerzo al éxito. Desde esas claves seguramente el resultado obtenido por Vox os haya decepcionado.
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Merece la pena recordar la historia para ver que no es ningún fracaso: las otras dos veces que un partido de derechas se presentaba sin ir unido con el centro (1977, Alianza Popular; 1979, Coalición Democrática), se obtuvo la mitad de votos que ahora (millón y medio de votos y 16 escaños en 1977, un millón de votos y 9 escaños en 1979).
Que un partido de derecha nítida supere los dos millones y medio de votos y lo traduzca en 24 escaños es un éxito histórico.
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Admito que comparando los resultados de Vox con los de Podemos en 2015 y 2016 a muchos os haya parecido poco. Pero lo normal no es lo que hizo Podemos, y ahí está su resultado actual para demostrar que en política no valen las flores de un día.
Fijaros en Ciudadanos, los Verdes alemanes o la Liga italiana, que han crecido en periodos de más de diez años. Y es que debemos aprender vitalmente que la política es labor de largo plazo.
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El resultado, por tanto, no debe desanimar. La mayoría cuando comenzasteis a apoyar a Vox no lo hicisteis con un partido fuerte, sino con un partido que empezaba.
Si realmente creéis en lo que defiende, procede continuar la tarea con la misma paciencia con la que se cursan Grados, Masters, oposiciones y doctorados, labores estas en las que tenéis demostrado que sabéis pasar por la lentitud de los procesos.
La política es también un proceso en el que el tiempo es superior al espacio: no se trata de adueñarse de un espacio en un momento, sino de abrir un proceso duradero. Y vosotros habéis abierto un proceso de renovación de España y de la derecha que puede transformar mucho.
En suma, creo que los conservadores españoles os deben su agradecimiento. Si frente a la embestida socialista y nacionalista la única respuesta hubiese sido la prudencia cobarde de algunos, nadie habría plantado cara legítimamente a los que defienden lo contrario.
Vosotros, jóvenes, habéis sido el motor del cambio. Se esté o no de acuerdo con lo que habéis defendido, procede animaros a continuar la labor comenzada con la paciencia y la perseverancia que requiere la política, donde no todo es entusiasmo momentáneo.
España entera puede tener la esperanza de que vuestra aportación al disenso propiciará mejores consensos que los actuales en el futuro. Un futuro que es vuestro y no de los agoreros que ahora os reprochan la dichosa fragmentación.
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