La Ministra Celaá, de Educación y Formación Profesional, expone aquel mito rousseauniano de que los hijos no pertenecen a sus padres.
La susodicha ha sentenciado que “no podemos pensar de ninguna de las maneras que los hijos pertenecen a los padres”.
Hay una inveterada costumbre socialista, que está dentro de su código genético, en su ADN ideológico, que es la de arrebatar a los padres la potestad de educar a sus hijos, con el fin de que el estado les sustituya como educador.
En el socialismo, se busca que el estado lo domine casi todo, dominación extensible al terreno de la paternidad educativa.
La idea de que los hijos no pertenecen a los padres la fabricó el filósofo Jean-Jacques Rousseau.
Él partía de la base de que las sociedades tecnológicas contaminan moralmente a los humanos, de que el origen de la maldad humana está en la ambición, el egoísmo, las ansias de riqueza, etc que este tipo de sociedades inoculan a las personas.
En base a esto, habría que volver al naturalismo de las sociedades pretecnológicas, porque el hombre es bueno por naturaleza y el origen de su maldad radica en apartarle de su hábitat primitivo. De ahí, proviene su iniquidad.
Por consiguiente, los padres, al tratar de instruir a sus hijos, les estarían transmitiendo la contaminación moral de las sociedades tecnológicas, privándoles así de su bondad natural.
Por esta razón, concluyó Rousseau que los hijos no pertenecen a los padres. Una locura como la copa de un pino. Desconozco cuántos porros se habría fumado antes de cocinar semejante patraña.
En base a la lógica desarrollada ut supra, creo que Rousseau sería contrario a que un estado socialista educase a los hijos, puesto que éste, al pertenecer a la sociedad tecnológica moralmente contaminada, también, transmitiría a la prole la maldad de un mundo antinaturalista.
Ver comentarios
Lamentable artículo, ojalá este tipo de opiniones tengan poca repercusión ya que hace un flaco favor a los padres que queremos educar a nuestros hijos en libertad.
Claro que mis hijos no me pertenecen, eso no tendría que ser noticia, ya que como bien dice la doctrina de la Iglesia, un hijo es tu responsabilidad, no tu propiedad. Precisamente porque tu hijo no te pertenece, el concepto del aborto no tiene ningún tipo de cabida, ya que no eres nadie para matar algo que no te pertenece. Para mí la noticia debería de ser “Ahora si Celaá y Montero reconocen que los hijos no son propiedad de los padres”.
Lo que si nos pertenece a los padres es la responsabilidad de educarlos en Libertad y no bajo el adoctrinamiento del estado y esta tesis puede y debe de ser defendida sin caer en la barbaridad de decir que los hijos nos pertenecen. Para el articulista, ¿cuándo nos dejan de pertenecer? Por que claro está de que yo no pertenezco a mis padres...
En fin, defendamos la libertad de educación de los padres, pero sin caer en las contradicciones de la extrema izquierda.
Hasta cierto punto esa declaración es verdadera si se analiza apropiadamente.
Los poadres no son DUEÑOS de sus hijos, sino sus guías morales y cívicos mientras son menores de edad.
Un hijo se produce generalmente por MUTUO CONSENTIMIENTO entre dos personas, y solo hasta cierta edad es que se puede mantener la paternidad.
Se supone que los hijos, al llegar a cierta edad, tienen libertad para seguir el camino que escojan, sea cual sea, y los padres, si acaso, pueden llegar a aconsejarle o sugerirle cosas, pero no hay ley que obligue a los hijos a hacer lo que les aconsejen los padres.
En esto es que podmos considerar que llega un momento en que los padres pierden la potestad de hasta mantener a sus hijos.E
En lo que no puedo estar de acuerdo es con esa idea de qu "pertenecen" al Estado.
Cuando llega la edad, cada quien tiene todo el derecho del mundo a decidir su destino.
La realidad es que NADIE ES "DUEÑO" DE NADIE.
Esto es una realidad ABSOLUTA.
Lo que yo me pregunto es porque no regresan a sus "SARCÓFAGOS" todas estas MOMIAS ministrables así como el DR. FRANKENSTEIN de Moncloa y nos dejan vivir en TRANQUILIDAD Y DECENCIA a todos los que queremos y nos gusta nuestra ESPAÑA.