Antes de que VOX irrumpiese en el Congreso con 52 diputados en noviembre de 2019, cuando accedió «nada más» que con 24 en abril del mismo año y Ciudadanos aún gozaba de 57 parlamentarios, el Congreso daba peligrosamente la mayoría de 2/3 para modificar asuntos constitucionales como el de las atribuciones a la Corona.
En abril de 2019, los 24 escaños de VOX, más los 66 del PP, no sumaban 1/3 suficiente como para salvar a la Monarquía de 2/3 orientados a reconfigurar sus derechos. Todo hubiese dependido de la ambigüedad de Ciudadanos, partido que no se declara monárquico, pero sí simpatizante de Felipe VI, de su persona, que no de su condición de Rey.
Es evidente que Ciudadanos no hubiese apoyado una abolición de la Monarquía, y seguramente ni siquiera el PSOE, pero no es descartable que secundase algo como lo que propone, ahora, Pedro Sánchez: revisar la inviolabilidad y el aforamiento del Rey, un paso sibilino y moderado hacia la demolición de la Corona. ¿Acaso alguien pondría la mano en el fuego por una votación en contra de C’s a este respecto?
Por consiguiente, la celebración de otras elecciones en noviembre del año pasado cambiaron la suerte de la Monarquía, ya que VOX pasó de aglutinar 24 a 52 representantes con respecto a abril, y el PP ascendió de 66 a 88. Este reparto de escaños ya no otorga a antimonárquicos furibundos y repubicanos ambiguos los 2/3 suficientes para retorca los derechos de la Corona ¡Viva el Rey!
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