La España auténtica necesita una corona que la otorgue Majestad y una espada afilada que la defienda en combate.
Esta fotografía del Rey Felipe VI y Santiago Abascal representa eso.
Un coronado hombre que aureola España de resplandeciente carácter regio y un fornido vasco que la custodia con denuedo y bravura.
España resurge de las cenizas de su descomposición con este par de caballos de Santiago.
Cascadas de lágrimas emotivas brotan de mis ojos azul cielo al ver a este dúo patrio en una misma estampa.
Hay otra España. Todavía da latidos el corazón de la resistencia.
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