La dificultad para pactar se recrudece. Pedro Sánchez tiene que contentar no sólo a los que quieren desguazar España, sino también a partidos separatistas muy diferentes entre sí.
Verbigracia o por ejemplo, Pedro Sánchez tendría que trabar esponsales con el PNV y ERC en un mismo Gobierno.
Es decir, tendría que ajustar los presupuestos a un partido conservador como el PNV y a la extrema izquierda de Esquerra Republicana, algo así como unir a Churchill con Lenin.
Bien es cierto que ambos partidos ponen el nacionalismo separatista por encima de su ideología, lo cual les une. Pero, al final del día, poderoso caballero es Don Dinero.
Pedro Sánchez seguramente acabe pactando, pero de lo que poca duda cabe es que no va a agotar los 4 años de legislatura.
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