Llega el mes de noviembre, el mes electoral por excelencia en los Estados Unidos. Y como siempre, la batalla mediática está servida en el país que inventó los show de televisión.
Lo cierto es que Joe Biden, sinceramente, dudo de que si alcanza la presidencia, llegue a terminarla… Además, vaya estrés eso de ser presidente de la superpotencia mundial, vaya jubilación más azarosa.
Por otro lado, tenemos a Donald Trump, que tras su cóctel de químicos anticoronavirus ya vuelve a ser todo un chaval marcándose esos bailes con los brazos.
Ladies & gentlemen, los 5 tipos de votantes de Donald Trump:
Pues sí, también hay negros e hispanos que votan a Donald Trump. También, hay negros millonarios que pasen que les claven a impuestos, estrellas del deporte y actores fundamentalmente.
Lo cierto es que también puede haber negros patriotas y fachas, al más puro estilo dictatorial africano y por ende, Trump es su líder de pelo dorado como jefe tribal (recordatorio: es un artículo de humor, para que nadie se vuelva loco).
Los hispanos, ¿De qué raza se supone que son los hispanos? ¿Es acaso indio Andy García o Shakira es india? Bueno, la cuestión es que se estima que un 30% de los llamados hispanos votan a Trump, destacando a los cubanos exiliados del comunismo como fuerte apoyo. Las cantosas primeras declaraciones de Trump contra los mejicanos, aunque luego no hiciese nada, mermaron su apoyo.
Ejemplo: El rapero 50 Cent (a ver con la pasta que ganan, querrán menos carga fiscal).
Aquí tenemos al blanco que tiene pasta, que tradicionalmente siempre ha votado al partido republicano, pues eso augura una mayor bajada de impuestos en su fortuna, un mayor prestigio de los EEUU en la esfera internacional.
Sin embargo, no todo es de color de rosas para el pijo republicano… En algunas esferas, como en las universidades de prestigio, pero de corte liberal, puede que sean mal vistos y marginados por “retrógrados“ y “fachas“. Así como en amplios sectores de la industria cinematográfica y de la televisión, en donde será visto como un tipo poco cool, y no ser cool en los EEUU se puede pagar muy caro, pues no molas y no eres popular.
Ejemplo: El actor Dennis Quaid (su apoyo a Trump, aunque le cuesta marginación en L.A).
Se dice que en España hay dos Españas, y en EEUU, también puede que haya dos EEUU, legado histórico de la Guerra de Secesión del s. XIX. El rural es el sureño, que busca la esencia más pura de la América primigenia. Quizá no sea tan racista, ya que le gusta tratar con personas de otras razas.
Luego, está el rural y pobre a la vez, aquel que se mete en los Ángeles del Infierno, bebe whisky del malo con gorro de paja en el porche destartalado, con la escopeta debajo de la silla por si invaden su sagrada propiedad. No es cosmopolita, considera gay a todos los que lo sean, es miembro de la asociación del rifle, etcétera.
Ejemplo: Clint Eastwood (prototipo de cowboy en los tiempos modernos).
Si hay una gran analogía entre Donald Trump y Pedro Sánchez es que pocos dicen que les votan, pero sin embargo gobiernan.
En los EEUU viene a ser un tanto de lo mismo, sobre todo en regiones cosmopolitas como New York, Chicago, Miami, L.A y San Francisco. En los sectores más cool, más de marketing, más comprometidos con el medio ambiente puede quedar de culo decir que votas a Trump.
Así que el oculto puede que sea más falso que Judas, despotrique contra Trump en público, pero luego llega el día de la votación, se oculta tras la cortinita, o mejor vote por correo y le dé su voto de confianza al rubio empresario.
Quizá este votante esté hastiado de lo políticamente correcto, de la ideología de género, de tanta mamarrachada y se decante por el showman; aunque también es cierto que tampoco nada cambia sustancialmente.
Ejemplo: Quizá el maduro Tarantino se meta tras la cortinita y dé ese voto oculto.
Por último, y no por ello menos importante, sino el más relevante, es el provida, el contrario a las doctrinas de género aberrantes, el que percibe cómo la sociedad se precipita hacia el averno por un rocoso sumidero.
Pueden ser ateos y no practicantes, pero, en su mayoría, siendo realistas, son personas de una religiosidad devota, profunda y acrisolada.
En cuanto al credo, destacan los católicos practicantes y coherentes (cuyo auge es notorio en los EEUU) y también, personas de distintas creencias de signo protestante (entre los que cabe hacer mención de honor a los evangélicos).
Ejemplo: El Cardenal Raymond Burke.
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