Los números hablan por sí solos.
Los ERE han ocasionado el expolio de 680 millones de euros y la Gürtel, de 30.
Ambas cosas son dignas, en la indignidad, de causar rubor, vergüenza y ostracismo.
Ahora bien, resulta chocante que los que más pecan sean los que mayor estrépito generen a la hora de protestar.
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