Fernando Grande-Marlaska reconoce que el Gobierno monitoriza las redes sociales, pero con el fin salvífico de evitar peligros, discursos de odio y desinformación. Ellos, cuando prohíben algo que no les interesa, siempre lo hacen por el bien de los demás. Su tiranía edulcorada con eufemismos no conoce límites.
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