Una de las cosas que me hace creer en Dios es que hasta el más rufián, esconde un destello de honor y un atisbo de bondad.
El hecho de que algo algo tan seductor como el mal exista de forma controlada, sólo es explicable con la existencia de un Ser Creador, Todopoderoso e Infinitamente Bueno, el cual no puede ser otro que Dios.
Gabriel Rufián acaba de tener un gesto de caballerosidad con Inés Arrimadas, al arremeter contra su estilo de votante por sus graves faltas de respeto ante el embarazo de la susodicha.
Desde El Diario de Colón, agradecemos a Rufián, que no es santo, ni de nuestra devoción, su mínimo de decoro al salir en defensa de una opositora política mujer y embarazada.
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