Las pirámides del Antiguo Egipto eran monumentos funerarios construidos como ofrenda al faraón.
Aplicando la mentalidad de Pedro Sánchez, visitarlas debería estar terminantemente prohibido, puesto que los faraones no eran progres ni democráticos.
Las pirámides del Antiguo Egipto son las edificaciones de esta civilización que gozan de mayor predicamento a nivel turístico. Constituyen, a ojos de los forasteros, la identidad de esta patria milenaria.
Cuando alguien hace alusión al Antiguo Egipto, lo primero que le viene a la cabeza a su interlocutor es una mastodóntica pirámide.
Pues bien, si buceamos en la historia y nos adentramos en el significado de las pirámides, cabe destacar que eran monumentos funerarios construidos como ofrenda al faraón.
La función de las pirámides era, para los paganos egipcios, rendir pleitesía al faraón y atesorar la presencia del mismo para toda la eternidad.
Los egipcios interpretaban que el faraón resucitaba y ascendía al cielo, en aras de vivir eternamente entre los dioses transfigurado en una estrella.
Es decir, las pirámides eran interpretadas como un vínculo entre la tierra y el cielo.
Las pirámides egipcias tienen su génesis en Imhotep, el arquitecto del faraón Zoser, a quien se le ocurrió superponer varias mastabas conformando una pirámide escalonada.
Esta suerte de gigante escalera piramidal fue sufriendo metamorfosis con el transcurso del tiempo, hasta convertirse en la proverbial pirámide de caras lisas, la que todos conocemos.
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