Columnista: Pelu Crespins, experto en divulgación religiosa
No cabe duda de que en el amplio espectro social español actual, no sé hasta qué punto el gentío conoce lo que vienen a ser estos dos términos tan propios de la Cuaresma y tan presentes en otros tiempos pasados y lejanos.
El ayuno
Se realiza tan sólo dos días al año: Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo.
El ayuno es para los católicos practicantes y devotos de entre 18 hasta los 59 años.
El ayuno tan sólo consiste en realizar una comida normal y dos pequeñas.
En definitiva, cualquier día del mes del Ramadán supera por goleada esos dos días de ayuno cristiano.
El ayuno consiste en no atiborrarse de comida y de bebida, eliminar caprichos, hacer algún tipo de sacrificio…
Supongo que muchos de los que oigan estos dictados contestarán con la castiza frase: – ¿Qué me estás contando? -. Y eso que tan solo son dos días al año; en donde probablemente se vea a la gente en los bares tan alborotada con su cervecita y su pincho de lomo, tan a gustito.
La abstinencia
Consiste tan sólo en no comer carne los viernes de Cuaresma y el Miércoles de Ceniza.
La ley de abstinencia exige a un Católico de 14 años de edad y hasta su muerte, a abstenerse de comer carne los Viernes, como ofrenda a la Pasión de Jesús el Viernes Santo.
Unos pocos días al año en donde no se debe comer carne. Sin embargo, te puedes poner ciego de gambas sin problema, ya que no es ayuno, siempre y cuando no lo sea, además.
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Citando a San Lucas encontramos el siguiente texto:
Luego le dijeron: «Los discípulos de Juan ayunan frecuentemente y hacen oración, lo mismo que los discípulos de los fariseos; en cambio, los tuyos comen y beben». Jesús les contestó: «¿Ustedes pretenden hacer ayunar a los amigos del esposo mientras él está con ellos? Llegará el momento en que el esposo les será quitado; entonces tendrán que ayunar».
¿Quién es el esposo? Cristo, el cual nos fue quitado al morir un viernes. Y el mismo Cristo nos indica que al no estar, entonces tendremos que ayunar. Por eso la Iglesia nos invita a conmemorar la muerte del Señor a través del ayuno y la abstinencia.
San Pablo nos invita a someter nuestro cuerpo (1 Cor 9, 27), y por eso, la abstinencia logra que mortifiquemos nuestros deseos para fortalecernos espiritualmente.
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Veredicto
Por no comer carne pocos días al año no creo que vaya a ser el acabose, pero el diablo que pondrá siempre un bocadillo de chistorra delante de tus narices en esos días, y si pasas de comerlo, el vulgo mundano puede que te desprecie y se mofe de tu actitud.
Hombre, también, puedes decir que eres vegetariano y puedes quedar de guay, según en qué ámbitos, claro está… En otros serás un pringao.
¿Acaso es relevante el qué dirán de los necios en realidad?