Irene Montero indica que las instituciones habrán de dar otra educación a “los hijos de padres y madres machistas” y a “los hijos de padres y madres homófobos”.
Considerando que, para ellos, el “machismo” y la “homofobia” es no comulgar con la ideología de género (que inculca que el sexo de cada uno es una construcción cultural y no una realidad biológica), pues, está claro que el Gobierno pretende educar a los hijos de católicos fieles al Catecismo, contrarios a esta atrocidad “de género”.
A esto, sumémosle que Isabel Celaá, Ministra de Educación y Formación Profesional, ha sentenciado que “los hijos no pertenecen a los padres”, frase que incluye la educación.
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