No sabemos si conocer al Papa Francisco ha provocado que Jordi Évole abandone Salvados, pero sí podemos afirmar que ha dejado el programa al poco de entrevistarle y que el famoso entrevistador admite que Jorge Mario Bergoglio ha supuesto un punto de inflexión en su vida.
Tampoco podemos aventurarnos a sentenciar que su encuentro con el Papa le haya convertido en un católico profundamente devoto (tal vez, sí o quizá, no), pero resulta meridianamente claro que toparse con Francisco le ha provocado un acentuado revuelo interior con cambios anejos o incorporados.
Una conversión no es siempre un gesto repentino, no se produce todas las veces de la noche a la mañana, sino que, en muchas ocasiones, es fruto de un proceso interior lento, prolijo y delicado.
La historia nos vuelve a demostrar que los caminos del Señor son inescrutables y que hasta la oveja más perdida puede aproximarse -o incluso, volver- al redil. Torres mucho más altas que la de Jordi Évole han caído.
Recemos con fe y devoción inefable por este maravilloso proceso de conversión que ha iniciado Jordi Évole.
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