Hubo un tiempo en donde había un grupo español que llenaba estadios en España y en el extranjero. Aquel trío compuesto por los hermanos Cano y Ana Torroja alcanzó las mieles de éxito en los 80 y primeros años 90. Grupo ya disuelto desde hace largo tiempo.
¿Qué fue de ellos? Pues en el caso de José Mª Cano, el hijo de la luna, aparte de ser un pintor de éxito, compone música sacra para la Archidiócesis de Burgos cuya finalidad es ayudar a los cristianos a rezar y a recogerse en estos tiempos de pandemia. Él mismo se encargó de exponer su proyecto al Santo Padre de Roma a su vez cediendo todos los derechos de autor a la Iglesia Católica.
Recordemos que José María Cano, a partir de 1984, empezó a componer temas para la afamada banda y tan emblemáticos como Hijo de la Luna, Mujer contra Mujer, Eugenio Salvador Dalí, Cruz de Navajas, Me cuesta tanto olvidarte, No es serio este cementerio; los cuales llevan su firma, casi nada. Lo cual demuestra una genialidad a todas luces. También, compuso ópera con la inestimable ayuda de Plácido Domingo y Montserrat Caballé y en la actualidad, es un pintor de éxito internacional.
No cabe duda de que este señor ha sido bendecido con el don del arte, y este, al contrario que otros músicos, lo utiliza para dar alabanza al Creador. En otras de sus declaraciones afirma la necesidad de la música para el rezo y afirma la gran necesidad de oración en estos momentos, afirmando que no hay que ser ni prudente ni moderado para rezar y que desea que él pueda contribuir a través de su música para este fin.
Sin embargo, su temática no siempre es positiva, en sus cuadros es conocida su temática hiperrealista en donde trata temas escabrosos como los abusos del capitalismo a través del entramado financiero internacional, las violaciones de derechos humanos, la trata de blancas y la marginalidad. Es ese eclecticismo lo que muchas veces hace grande a un artista, no limitarse a una temática, ni cerrarse en banda a la inspiración creadora con el fin de evolucionar como artista, como persona y como gurú en general.
Su hermano, Nacho Cano, con quién pecó de ardua competitividad para ver quién componía la melodía definitiva en sus tiempos, se ha dedicado más a cultivar la espiritualidad oriental, siendo un exitoso profesor de yoga en Miami durante varios años. Mientras que su hermano José María ha deseado exaltar la tradición cristiana hispana que lleva en su sangre y contribuir dentro de su humilde condición, en lo que sea posible para dicho fin, desde su residencia de Holland Park en Londres.
En definitiva, la genialidad artística siempre tendrá algún tipo de componente espiritual puesto que, ¿Hay muchas cosas nos puedan diferenciar del mundo animal aparte de la capacidad para crear arte?
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