Hoy, es Jueves Santo, uno de los días más importantes del año, en el que Jesucristo congregó a los apóstoles en la Última Cena, para hacerles partícipes de algo tan sagrado que marcaría un antes y un después en la historia de todos los tiempos.

Tal día como hoy, Cristo obsequió al mundo con la Eucaristía y el Orden Sacerdotal. A partir de este Jueves Santo, Dios Hijo nos otorgó la oportunidad de recibir su cuerpo, lo más alto a lo que puede aspirar cualquier persona, la distinción más elevada con la que se puede coronar a nuestras almas.

La Iglesia Católica conmemora este santo día con un lavatorio de pies, en el que el sacerdote se los enjuga a doce personas que representan a los doce apóstoles.

Con este lavatorio de pies, Jesús nos comunica la importancia primordial de la caridad, a través de la cual el Señor nos invita a hacer por los demás lo mismo que Él hizo por nosotros.

Este mismo día, Jesucristo nos brindó el mandamiento nuevo, el celestial, proverbial, celebérrimo y consabido “amaos los unos a los otros como yo os he amado”.

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