Triunfa la decencia en la justicia brasileña. Los tribunales ordenan detener, de forma provisional, la archipolémica película blasfema de Netflix.
El juez Benedicto Abicair, del sexto tribunal civil de Río de Janeiro, ha sentenciado que «el derecho a la libertad de expresión, prensa y artística no es absoluto».
Otro de los razonamientos jurídicos del juez, y de aplastante sentido común, es el respeto a los Cristianos, a la sociedad brasileña y la cautela para evitar protestas.
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