Dos católicos disertan sobre los peligros que encierran las espiritualidades “new age”. Y de sus correspondientes prácticas, como el yoga, reiki, mindfulness y similares. Lo hacen con el máximo rigor, delicadeza y respeto.
Los tertulianos han recordado que mientras el catolicismo supone un encuentro del que reza con Dios y con ánimo de orar por el bien del prójimo, las espiritualidades “new age” resultan un encuentro de uno consigo mismo, lo cual conduce al individualismo, a encerrarse dentro de sí, a autocolocarse como el centro de lo espiritual, a una especie de autoendiosamiento, de autotrascendencia.
Otro de los aspectos que han abordado es que mientras el catolicismo nos mueve a la búsqueda de la Paz, que es la tranquilidad que reporta la cercanía con Dios y las buenas obras, las prácticas “new age” persiguen afanarse en la relajación, en situar el sosiego individual por encima de todo, lo cual es una forma de individualismo.
Un tercer asunto sobre el que han departido es que mientras el catolicismo busca afrontar la realidad, las prácticas “new age” inculcan evadirnos de la misma; escaparnos, huir.
Además, han alertado de dos peligros propios de realizar estas prácticas aún sin un objetivo espiritual. Por un lado, el hecho de que practicarlas como un mero ejercicio de relajación nos tiente a subir de nivel y pasar, en consecuencia, a un plano espiritual (así, empiezan muchos). Por otra parte, que cambie nuestra filosofía de vida y por consiguiente, nos haga adoptar una estructura de pensamiento que no comulgue con la filosofía católica.
A esto, cabe agregarle el peligro de que entre el demonio en alguien por empaparse de esta serie de espiritualidades. De esto, han advertido renombrados exorcistas.
Y un último punto sobre el que han disertado es el error de combinar el catolicismo con otras espiritualidades. Esta tendencia está condenada por la Doctrina Católica, con el nombre de “sincretismo”, que consiste en mezclar prácticas católicas con las de otras religiones o creencias.
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