San Ignacio de Antioquía / 17 de octubre / santo del día / Onomástica / santoral / Católico / universal / San Ignacio de Loyola
Del mismo modo que la Virgen María le enseñó a rezar el Rosario a Santo Domingo de Guzmán en 1208 y casi nadie sabe quién es, Ignacio de Antioquía es otro de los grandes desconocidos en lo que a Santos populares se refiere.
Así pues, resulta un tanto inquietante que su egregia figura goce de una resonancia tan exigua como exangüe; y pese a llamarme literalmente Ignacio de Loyola, me estremece que nadie haya tenido la genialidad de obsequiarme con una felicitación por mi segunda onomástica.
Este gran desconocido se convirtió, en torno al año 69, en el Obispo de de Antioquía, paraje del mapamundi situado en la actual Siria; el cual fue la metrópoli más grande del orbe después de Roma y Alejandría.
Esta Doctrina incluye la Eucaristía; la jerarquía y la obediencia a los Obispos; la Presidencia de la Iglesia de Roma; la Virginidad de María y el Don de dicha Virginidad; y el infinito privilegio que es morir mártir de Cristo.
Fue condenado a ser devorado por las fieras, a causa de su heroica labor evangelizadora en tiempos del emperador Trajano. A la sazón, fue laureado con la Corona de su glorioso Martirio, en la Roma del año 107.
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