Autor: Pelu Crespins
El siglo pasado no puede hacer mejor a su nombre, pues parece que un siglo ha pasado desde el Madrid de los años 90 y el que vivimos en la actualidad. Estas son las diferencias:
-. Casticismo: En aquel Madrid de los años 90, sobre todo en el de su primera mitad, se conservaba un inconfundible aroma hispánico: el suelo de los bares lleno de mierda, la Plaza Mayor sin apenas guiris, los navajeros pululaban, había pelo en pecho, franquistas de bigotillo, los chulos iban remangados y marcando paquete, ¡Había hasta barquilleros en el Retiro! Mal visión de marketing que no los haya hoy en día, ¡Con la de selfies que se harían los guiris!
-. No había Internet, pues sí, aunque ustedes no lo crean, ¡No había Internet! ¿Se lo imaginan? Conocer sólo a las personas cara a cara y no a través de un charcutero catálogo de imágenes en donde se subasta el mejor solomillo, no estar todo el día con el dedo pegado a una pantalla deslizando arriba abajo, e ir andando por la imperial calle mirando al frente y no cabeza gacha. Eso también se traducía en más empleo, menos información accesible y una mayor vida en la calle. En definitiva, para bien o para mal, un mayor contacto humano. Vida en los parques, salir a tope y estar en la disco a lo que se está, ¡A la tecnofiesta! ¡O a intentar ligarse a la de o al de la barra! Y no a ver si me han contestado al WhatsApp o a subir mi última foto en putInstagram.
-. Macarreo callejero, pandas de skinetos con sus botas de punta, bombers, patillas, gafas negras, incluso vi algún Barbour con una cinta de la bandera con el pollo en el brazo; a su vez, guarros con camisas Extremoduro cagándose en todo, bakalas con polo Lonsdale, pelo en pincho y actitud desafiante… La verdad es que había mucha gente que acojonaba en aquella época.
-. Más moralidad: ¿Sí? Puede que la gente fuese más gamberra, más canalla, más drogata, más transgresora, más artística, pero a su vez, era gente más legal y con mucha más conciencia que la de hoy en día. A su vez, quizá porque el catolicismo y su moralidad pegaba fuerte en aquel entonces o bien, por el pánico al Sida.
-. Mucha más intelectualidad, cultura humanística en la EGB, miles de culturetas rallándote con diatribas filosóficas e históricas; la gente incluso pagaba por leer, por oír música, por ir al cine… Si bien Internet ha abierto el acceso a la cultura, eso es indudable; también lo de la frase ‘lo hago por amor al arte’ tiene mayor peso que nunca.
Podría seguir escribiendo, pero tendrán que atender a algo en la red.
A su merced, PELU CRESPINS.