Columnista: Pelu Crespins
Difícil es trazar la delgada línea mental
Que separa locura y cordura,
Dispar cuestión cerebral
Cuando tu estado psicótico perdura;
Falacia tremendista y visual
La del malvado cuerdo
Pues queda como sano mental
Ante un mundo en desacuerdo.
1.- El asesino
Se trata de un psicópata tan famoso como minoritario. A ver, por lo general, llámase conciencia, llámase sensibilidad, llámase ética o llámase que no quiero pasar unos cuantos años en la cárcel, a la gente no le suele gustar matar al prójimo.
Aquí, tenemos al individuo, que bajo una probable misantropía total, debe ver al prójimo masacrado. Este será el psicópata más peligroso de todos, ya que es un individuo sin conciencia, con los genes del mal, y parece que lo goza viendo sufrir y morir a sus víctimas.
Quizá, otra conexión neuronal sea el hecho de verse superior, como un dios, que puede libremente decidir sobre la vida o muerte de un similar. Si se da el caso de que este psicópata llega al poder, entonces comienza el genocidio y el exterminio en masa.
Hoy en día, sería el asesino en serie (tan propio de los países anglosajones y del norte de Europa), los sicarios de las organizaciones criminales y los asesinos a sueldo.
2.- El psicológico
Es aquel o aquella que no ejerce la psicopatía de forma violenta, como el de arriba, sino que emplea todas las tácticas psicológicas posibles para sembrar el mal y la discordia en su ámbito de convivencia.
La tortura psicológica, en la mayoría de los casos, es impune. De hecho, esa es su gran baza, machacar al vecino sin responsabilidad penal.
Incluso ya puede haber hasta un componente masoquista, es decir, poner al prójimo tan al borde del colapso, que se vuelva contra él mismo por medio de la violencia, la venganza o lo que sea.
De tal modo, que la víctima se convierte en culpable y el causante del mal impune, y con indemnización, salvo que se le haya cargado o le haya dejado mal parado.
¿Ejemplos? El típico acosador laboral, que te pone al límite siempre evadiendo la ley. De hecho, es el psicópata del mundo empresarial por excelencia. Su lema es: Salvar el culo, jodiendo a los demás. Sin lugar a duda, la psicopatía más extendida de los tiempos modernos, ¿o es malvada cordura?
3.- El temerario
Es aquel que va al límite, con lo que sea: con deportes extremos, corriendo a toda castaña con el coche, con las drogas, con todo lo que sea ir al máximo.
También, suele enganchar a individuos para que compartan su amor por la adrenalina. Este psico quizá tuviese su apogeo y jolgorio en los años 90 y la ruta del bakalao, el ir hasta los topes de todo y al límite, y a su vez, enganchar a todo el que estuviese a su alcance.
Bueno, ¿y los conquistadores españoles? Que se fueron a lo desconocido, con poco más que sus dos cojones. También, tenemos al piloto de coches en carreras ilegales y peligrosas…
En cuanto al mercenario, al terrorista, al anarquista, al revolucionario, dependiendo de su persona y sus ideales, podría haber un híbrido temerario-asesino, de hecho, el Estado Islámico es el mejor ejemplo, van a la guerra a morir sí o sí, aunque bueno, eso de ir a la guerra a palmarla se ha dado en mil casos históricas.
4.- El maniático
Este no suele ser un tipo peligroso, en principio. Es simplemente aquel que es un perfeccionista al extremo. Por ello, es psicópata, pues todo llevado a un extremo degenera en ello.
Aquel que tiene el coche impoluto y no puedes rozarlo ni con la punta de la cola, el ecologista que es hasta partidario de que extinga la raza humana en favor de la naturaleza, la feminista radical que te denuncia por mirarla, el que sólo come productos microbióticos, armónicos, frescos y naturales.
El ultravegano que muere por no comer nada que estaba antes vivo. Supongo que todos podemos tener nuestras manías, pero elevarlas al extremo degeneran en psicopatía, en definitiva, todos podemos ser psicópatas.
El maniático será el menos nocivo, aunque no veas lo que puede rallar al prójimo.