“Están locos estos romanos”, decía con estupor el gordo feliz de Obélix. Este aforismo obelixiano es aplicable, ad pedem litterae, a los descendientes occidentales de aquellos romanos. Un significativo segmento de los mismos está como una regadera, hablando en plata, pero sin soñar en oro ni subiendo al cielo. FIRMA AQUÍ: