COLUMNISTA: Pepocles de Antioquía Erase una vez un vago en mayúscula, un perezoso en hipérbole, un haragán de tomo y lomo, un holgazán de olímpica competición. Sus compañeros de labranza estaban febrilmente hastiados de la ociosidad de aquel vago sin redención. Este irredento holgazán se demoraba a la hora de llegar al trabajo