Recemos por el eterno descanso de Rubalcaba, pero tampoco le beatifiquemos. No confundamos el respeto con la admiración. Ser difunto no te convierte en un héroe nacional, ni tampoco en un santo, sino que te transforma en alguien que merece respeto, honras fúnebres, buenos deseos y oraciones, pero no admiración. Vivimos en una
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Recemos y amemos a Rubalcaba, aunque no nos gusten sus ideas
Tras haber fallecido Alfredo Pérez Rubalcaba, os animamos a rezar por el eterno descanso de su alma. Además, os instamos a amarle, aunque nos encontremos en las antípodas de su ideología. Los 5 razonamientos de Santo Tomás que hacen indiscutible la existencia De Dios Ser católico es precioso, puesto que forja un carácter